Una vida se desarrolla dentro de ti. Si bien en el segundo mes de embarazo no habrá grandes cambios físicos en tu cuerpo, sí percibirás nuevas sensaciones, producto de los cambios hormonales que se generan para que puedas albergar a ese nuevo ser. Y es que, en el interior de tu organismo, el embrión se desarrolla rápidamente. El corazón de la futura mamá aumenta su frecuencia cardíaca en unas diez pulsaciones más por minuto para hacer llegar sangre al útero, a la placenta y al bebé. La respiración se acelera y aumenta el volumen sanguíneo. Si bien los músculos de la pared uterina se engrosan, el tamaño del abdomen no aumenta porque el útero permanece dentro de la pelvis hasta después del tercer mes de embarazo.
Sentirás los pechos sensibles, a la vez que los pezones y el área de la aréola empiezan a ponerse oscuros. Puede que continúen las náuseas matinales hasta el final del primer trimestre. Es posible que notes somnolencia durante el día e, incluso, puedas sentir fatiga y necesites descansar más.
CUIDADOS PRENTALES EN EL SEGUNDO MES
Es recomendable que visites al médico para que te haga un examen de cuidado prenatal. Debes comer una gran variedad de alimentos saludables de los cinco grupos principales: cereales y granos, frutas, verduras, productos lácteos y carnes. Respeta cinco comidas al día, pero evita las porciones abundantes para facilitar tus digestiones.
Continúa complementando tu dieta con ácido fólico durante el segundo y tercer mes de embarazo para reducir el riesgo de ciertos defectos congénitos en el desarrollo del bebé como los del tubo neural. Y, además, cuida tu hidratación: toma por lo menos de 6 a 8 vasos de agua, jugo de frutas y/o leche todos los días.
EL EMBRIÓN VA TOMANDO FORMA HUMANA
En esta importante etapa del embarazo, se forman todos los sistemas y órganos principales del cuerpo del bebé, aunque no se desarrollan completamente. Alrededor de las seis semanas de embarazo, el embrión flota en una burbuja llena de fluido, que se convertirá en el saco amniótico. Paralelamente al desarrollo del bebé, ha crecido el saco vitelino, que se asemeja a un globo que está pegado a él, y que tiene la misión de proporcionar al embrión todos los nutrientes que necesita hasta que la placenta esté totalmente desarrollada. La placenta puede empezar a funcionar por sí sola hacia la semana 12 de gestación.
Hacia la semana 5 ó 6 el corazón tiene forma de tubo y empieza a funcionar. El órgano cuenta con cuatro cavidades y late a razón de unos 180 latidos por minuto, que es el doble de la frecuencia de un corazón adulto. La boca, el intestino y el estómago se desarrollan con rapidez, pero todavía no funcionan.
Hacia la octava semana de embarazo, el embrión empieza a adquirir un aspecto más humano y sus formas son reconocibles. Se forman las orejas, los tobillos y las muñecas. También crecen los párpados, pero aún permanecen sellados. Se forman los dedos de las manos y de los pies. Así, hacia el final del segundo mes de embarazo el feto ya se ve más como una personita, mide 4 centímetros y pesa 5 gramos.
Hacia la semana 5 ó 6 el corazón tiene forma de tubo y empieza a funcionar.
flota en una burbuja llena de fluido, que se convertirá en el saco amniótico.