Lavarse siempre las manos antes de comer y después de ir al baño. En la etapa preescolar los chicos son permeables a cumplir rituales y disfrutan del contacto con el agua.
Cepillarse los dientes para remover la placa bacteriana después de cada comida.
No utilizar la comida como premio, castigo o soborno de un niño.
Tener horarios regulares para realizar las cuatro comidas: desayuno, almuerzo, merienda y cena.
Tratar que la hora de la comida sea un espacio de encuentro y diálogo. Se recomienda no tener pantallas prendidas. Es bueno que los más chicos aprendan de los grandes buenos modales y hábitos saludables en la mesa.
Combinar colores y variar las texturas de los alimentos que se ofrecen para hacer más atractiva la comida.
Preparar las comidas con la mínima dosis de sal.
Respetar el hambre y la saciedad del niño, sin obligarlo a que termine siempre el plato servido.
Dejar las golosinas, los snacks y las gaseosas para los cumpleaños y otro tipo de festejos, evitando su consumo diario.