Lograr que los chicos tengan una alimentación saludable durante el período escolar es todo un desafío. Muchos pasan casi todo el día en el colegio y esto significa más de dos comidas fuera de casa. Otros, si bien van menos tiempo, cuentan con horarios complicados para desayunar, almorzar o merendar entre las actividades obligatorias y las extracurriculares.
PARA LOS QUE VAN AL JARDÍN
Los chicos que van al jardín están en una edad muy importante para la adquisición de hábitos alimentarios saludables. La forma de comer y las costumbres de los primeros años de vida perduran en el tiempo. Es por eso que esta es una buena etapa para establecer hábitos fundamentales: tomar el desayuno, que muchas veces se saltea; incorporar variedad de frutas y verduras; y enseñar a consumir con moderación alimentos ricos en energía, grasas y azúcares.
DESAYUNO
El desayuno para los niños de esta edad debe incluir una porción del grupo de lácteos y otra del grupo de los cereales. Se puede agregar una fruta.
Lácteos: consumirlos en el desayuno contribuye a cubrir la cuota necesaria de calcio, un mineral muy importante para el desarrollo de huesos y dientes. Bastan de dos a tres tazas diarias que se pueden alternar con un pote de yogur, un vaso de licuado con leche y fruta o un trozo de queso.
Cereales: se recomienda los que aportan energía y tienen menor proporción de grasa: pan, vainillas, copos de maíz, bizcochos tipos bay-biscuit, galletitas de agua y bizcochuelos. Evitar las facturas, galletitas rellenas y bizcochitos de grasa.
COLACIÓN O MERIENDA
Por lo general a media mañana o media tarde, los chicos reciben una merienda que consiste en un vaso de jugo preparado con unas galletitas dulces. Estos alimentos no hacen ningún aporte a la calidad de la alimentación de los niños, por el contrario, suman calorías provenientes de azúcares y grasas sin aportar nutrientes de mayor calidad.
PARA LOS QUE VAN A LA ESCUELA
El desayuno en esta etapa continúa siendo clave: está demostrado que puede haber una baja en el rendimiento escolar del niño que no se alimenta bien por la mañana. Una colación ideal debe incluir: lácteos (leche, yogur y quesos), cereales (pan, cereales en copos, vainillas, bizcochuelo etc.) y frutas (banana, manzana, naranja, etc). En el caso que el niño no tenga demasiado apetito, la fruta se podrá omitir.
Se debe incentivar el consumo moderado de los alimentos ricos en energía, grasas y/o azúcares (golosinas, gaseosas, papas fritas, jugos artificiales, etc.) ya que no aportan beneficios al organismo. Es ideal que incorporen el yogur, la fruta fresca, pochoclos y fruta seca como “snack”.