Es fundamental, que las mamas conozcan acerca de un tema muy interesante e importante en la vida de sus bebés: el desarrollo de la motricidad gruesa y fina. El cual hace referencia a las áreas motoras del niño; es decir a los diferentes movimientos y posiciones que logran realizar los bebés a lo largo de su crecimiento.
Motricidad Gruesa
La motricidad gruesa, será la primera en aparecer, se refiere específicamente, a la movilidad y postura del cuerpo del bebé; es decir conforme crecen, las mamás pueden observar nuevas acciones, movimientos, y posiciones que realiza su bebé.
Como por ejemplo cuando sostenga su cabecita, manteniéndola firme poco a poco, hasta permanecer erguida, o cuando ya pueden sentarse sin realizar ningún balanceo, cuando gatean, al caminar, al trepar, al saltar, al bailar, al subir y bajar las escaleras, todos estos logros son gracias al desarrollo del motor grueso o motricidad gruesa.
Motricidad Fina
La motricidad fina, aparecerá un poco después, ya que esta se refiere a movimientos o acciones finas más coordinadas. El bebé usará mucho sus ojos y manos; una vez que descubre sus manos, las mira, las acaricia, y juega con ellas, empezará a realizar un sinnúmero de actividades con ellas.
Las acciones que incluyen son, por ejemplo, aplaudir, querer tomar cosas, por lo que se volverá muy hábil al momento de armar legos, tomar sus lápices de colores, armar rompecabezas, tomar su celular de juguete, así como destapar algunos objetos que antes no podía. Todos estos logros son gracias al desarrollo del motor fino o motricidad fina.
Estimulación de La Motricidad Gruesa y Fina
- Vestirlo con ropa suelta, para que pueda mover sus brazos y piernas con libertad y tranquilidad.
- Cuando le cambias de ropa al niño, ayúdalo a hacer pequeños ejercicios con sus brazos y piernas, se los puede estirar poquito a poquito y regresar a su posición normal, repetir algunas veces; esto le ayudará para su flexibilidad.
- Realizar suaves masajes en bracitos y piernas, mientras se baña al bebé, o cuando está en su cuna.
- Un excelente ejercicio para que el bebé empiece a sostener su cabecita y a tener un mejor equilibrio, es ponerlo boca abajo, apoyado en sus antebrazos y colocar algún juguete al frente, para que pueda mirarlo, conforme avanza se puede mover el objeto de izquierda a derecha para que el pequeño lo siga.